domingo, 26 de octubre de 2014

Conociendo a mis amigos. Nuestros álbumes fotográficos (III)

Comprender nuestros comportamientos como usuarios de las redes sociales es un tema complejo. Los análisis a partir de las características sociodemográficas parecen ya no ser suficientes ya que factores como la edad, nivel educativo, nivel de ingresos o procedencia geográfica nos dan algunas pistas, pero no son determinantes. Tal es así, que en el análisis se puede ver que dos personas con similares características sociodemográficas (género, edad, nivel de ingresos, nivel educativo, inclusive ocupación) pueden comportarse de manera completamente distinta en las redes sociales. Esto nos indica que nuestro comportamiento como prosumidores está determinado por otro tipo de factores más subjetivos o individuales. Conociendo esa limitación, de manera exploratoria se hizo una caracterización general de cada grupo de edad a partir del tipo de fotos que se publica.

The tweens (o preadolescentes) : explorando Facebook
Ellos no deberían estar aquí, pero lo están y en promedio llevan 3 años en la red; es decir abrieron su cuenta alrededor de los 8 o 9 años. Las niñas tienden a publicar más fotos que los niños. Una de mis amigas (de 12 años) tiene 42 álbumes y 704 fotos publicadas. Sus álbumes no tienen una organización definida, mezclan temas, no ponen títulos o son títulos con poca información y no hacen muchas descripciones o comentarios de sus fotos. Las niñas usan mucho las tarjeticas o stickers con mensajes, así como bordes y efectos para sus fotos. Los niños publican fotos de sus equipos de futbol, de personajes de anime o superhéroes. Los álbumes de fotos de juegos (Petshop o farmville, entre otros) son comunes en niños y niñas.

Los adolescentes: El mundo de los "selfies"
Los adolescentes (13 a 18 años) llevan entre 3 y 5 años en Facebook, y generalmente tienen muchos amigos. Las niñas publican mayor cantidad de fotos que los niños y de igual manera, tienen mayor cantidad de álbumes. En el grupo analizado, se encontraron tres niñas con más de 1.500 fotografías. De igual manera, las niñas tienden a clasificar sus álbumes por temas o situaciones específicos y a ponerles títulos, mientras que los niños tienden a armar álbumes misceláneos (de todo un poco). En general, los títulos de los álbumes son referidos a sí mismos y con lenguaje propio de su edad. (YO, yo y mi mamá, las locas del colegio…). Las fotos de los adolescentes son en la mayoría tomadas con el celular y de baja calidad tanto técnica como estética.
Los adolescentes son expertos en los “selfie”. Así, encontramos una tras otra foto de sí mismos, frente al espejo, en el baño o en su cuarto, o en el colegio. Las niñas publican largas sesiones de “sexis selfies”. Son expertos en utilizar apps que permiten mezclar sus fotos con tarjetas y mensajes y añadir efectos. Sus fotos son espontáneas, de momentos cotidianos, de “desparche”.

Los Jóvenes (19- 25). Creativos y divertidos
Sus fotos mejoran notoriamente de calidad, son más irreverentes y creativos y hay mayor variedad en los tipos de fotos.  Más de la mitad del grupo analizado lleva entre 5 y 6 años en facebook y los demás al menos 3 años. El número de fotos acumuladas es por lo tanto mucho mayor. Encontré una mujer con casi de 5.000 fotos publicadas al momento del análisis.
Es difícil encontrar una tendencia en la organización y clasificación de los álbumes y no es clara la diferencia entre hombres y mujeres. Así, hay unos que dividen sus fotos por temas, por acontecimientos o personas, otros solo suben muchas fotos a través de su celular sin mayor orden. De esa misma manera, algunos les ponen nombre donde indican el motivo, fecha y lugar de las fotos y otros no utilizan títulos. Sus fotos suelen ser espontáneas y casuales, pero también hay otras elaboradas y planeadas.  Su tema, por supuesto son los amigos. Muchas, muchas fotos de fiestas, bares, bailes, playas y vacaciones. Luego, están la familia y la pareja.

Adultos jóvenes (entre los 26 y 35 años): Volviéndose serios
La mayoría del grupo analizado empezó su vida en Facebook en el 2007, con una actividad constante en la red. En algunas cosas son similares al grupo anterior, pues publican fotos creativas y divertidas. Sin embargo, parecen ser más selectivos y expresan su compromiso con diversas causas o posiciones políticas, sociales o religiosas. Hay una mayor organización de los álbumes por temas o acontecimiento y le dan mayor importancia al nombre de los mismos y algunas veces a la descripción de las fotos. Esto lo hacen especialmente las mujeres. Aunque siguen utilizando los “selfie” y las fotos espontáneas e informales, estas se van mezclando con fotos más formales y tradicionales. En este grupo tienen mayor peso las vacaciones y viajes, las actividades sociales, el trabajo y aparecen los álbumes de “Hijos”. 

Adultos (entre 36 y 50). Entre lo análogo y lo digital.   
Es un grupo muy activo desde su entrada a facebook entre 4 y 6 años, así constantemente publican fotos, aunque su cantidad es variable, es decir algunos publican muchas, otros pocas. Pienso que esta es la generación de la transición de lo análogo a lo digital, quienes empezaron usando lo primero y rápidamente migraron a lo digital. Esto da una combinación interesante, pues recurren muchas veces a las lógicas de lo análogo pero utilizando las nuevas tecnologías. Por tal razón, los álbumes tienden a ser organizados por evento, lugar o persona (cómo se organizaban los álbumes de papel), tienen título y descripciones o explicaciones acompañan las fotos. Es decir, la palabra acompaña la imagen, otra característica de la transición. Es el grupo familiar por excelencia y por lo tanto las vacaciones, familia e hijos son, en su orden, los temas más publicados. 

Adultos mayores (entre 51 - 65 y mayores de 65)

Aunque la clasificación se hizo en dos grupos de edad, los resultados se dan conjuntamente ya que presentaron comportamientos similares. Este resultó un grupo difícil de interpretar, ya que existen los dos extremos: personas con mucha actividad en Facebook, que cambian su perfil constantemente y publican una cantidad considerable de fotografías, en contraste con otras personas con muy poca actividad, que inclusive no publican sus propias fotos, sino que son etiquetados por familiares y amigos. Su acceso a facebook también es variable algunos lo hicieron desde el 2007, mientras que otros son nuevos en la red.  Mientras unos han publicado 4 o 5 fotos en dos años, otros se acercan a las 3.000 en ese mismo lapso. En general, son álbumes más organizados que los de los jóvenes o niños. Los álbumes tienen nombres, pero no descripciones o comentarios sobre las fotos. Las fotos son más convencionales, tipo retrato, más estáticas y poco espontáneas. Las vacaciones y viajes son el tema principal, seguida por las fotos familiares. 

lunes, 20 de octubre de 2014

Nuestros álbumes familiares en Facebook


¿Les suena familiar esta escena?: Un día cualquiera, en un restaurante cualquiera, en un pueblo de Colombia, tres mujeres, tal vez mayores de 40, empezaron a tomarse fotos con sus celulares. Una de ellas dice: está quedó bonita como para el face. Si, estuvieron de acuerdo las otras dos: Pa´ el face. 
De acuerdo con la newsroom de la página de Facebook, a junio de 2013, este red social contaba con 1.15 billon monthly active users, (http://newsroom.fb.com/Key-Facts consultado en agosto 18) y se suben alrededor de 300 millones de fotos diariamente.  
Con está gran población dispersa por todo el planeta y con las más variadas características socio demográficas (más del 80% de los usuarios de facebook está por fuera de USA y Canada), establecer una muestra significativa para cualquier estudio parece una tarea metodológicamente imposible, así que opté por una opción subjetiva y personal, pero que me permitía trazar un mapa, un camino a seguir: el universo de mis propios amigos de Facebook (y de los amigos de mis amigos). Actualmente tengo 507 amigos, tengo que decir que no soy la más popular, pero estoy un poco por encima de la media.  En el 2011, se estimaba que un usuario de Facebook en Estados Unidos tenía un promedio de 229 amigos.[1]
Así escogí una muestra aleatoria de 80 personas, dividida por grupos de edad, que se establecieron pensando en los ciclos de vida. Finalmente el grupo quedó establecido de la siguiente manera:  

Mujeres
Hom.
Total
Menos 13
5
5
10
13- 18
9
3
12
19-25
8
6
14
26-35
6
4
10
36 – 50
8
6
14
51 – 65
2
8
10
66 …
7
3
10
 Total
45
35 
80 

Hay que aclarar que las políticas del sitio establecen una edad mínima de 13 años para acceder como usuario, sin embargo muchos niños tienen perfiles en FB, inclusive creados con la ayuda de sus propios padres. Por supuesto, estos niños aparecen en el sitio con más edad de la que tienen, pero cambiarse la edad o no publicarla es una práctica común en la red, (todos los sabemos). 

El análisis consistió en revisar los álbumes de cada persona, contabilizar las fotos publicadas y clasificar los álbumes por categorías temáticas. Los álbumes son fotos que el usuario sube intencionalmente y por lo tanto no se tuvieron en cuenta todas las fotos que otras personas etiquetan con nuestros nombres o comparten en nuestro timeline. En total se clasificaron 1.458 álbumes, que contenían 44.654 fotos.

En las siguiente gráfica se muestra la participación general de cada tema en el total de los álbumes, aclarando que los álbumes de “Fotos de perfil” y “Fotos de portada”, se analizaron de manera independiente. 

Esto nos permite ver que las fotos relativas a la familia corresponden al mayor grupo de álbumes con un 22% y si a esto se suma la categoría de “Hijos”, tendríamos un 29% de álbumes dedicados a la familia. Y más, si tenemos en cuenta que las vacaciones y viajes son en su mayoría vacaciones familiares, y que en los misceláneos también se incluyen muchas fotos relativas a actividades familiares, podría afirmarse que la mitad de las fotos publicadas son relativas a la familia. 

Es decir, nuestros álbumes de facebook, son realmente nuestros nuevos álbumes familiares.

Albumes que compartimos con todos nuestros "amigos", con los amigos de nuestros amigos, con los investigadores sociales y tal vez con una que otra persona más... Albumes permanentemente disponibles y rápidamente olvidados, pensados para anunciar y no para recordar. Habitantes eternos y efímeros de la nube.  Pero, al final de cuentas, reflejo de nuestro nuevo espacio vital. 

En la siguiente publicación: ¿cómo son los álbumes de mis amigos?




[1] Hampton, Keith at all. (2011). Social networking sites and our lives. Pew Internet and American Life Project. Pew Research Center. Avaible in: http://pewinternet.org/Reports/2011/Technology-and-social-networks.aspx

domingo, 12 de octubre de 2014

LOS NUEVOS ALBUMES FAMILIARES

Ponencia presentada en la Reception Study Society Fifth Biannual Conference. Marquette University. Wisconsin. USA. September 27-28 2013  (Fragmento)

El álbum fotográfico familiar  ha sido un objeto de estudio difuso y poco analizado que pasa desapercibido como práctica cultural. Entendido como criterio seleccionador y organizador de una colección de fotografías y al mismo tiempo como un archivo, se constituye en un texto que es a la vez, constructor de sentido y recopilador de la historia individual, familiar y social. De tal manera, que el álbum nos permite leernos y reconocernos a nosotros mismos como individuos dentro de un contexto no solo familiar, sino social.    
Tal vez hace 25 años o un poco más, la mayoría de familias organizaban, o por lo menos tenían la permanente intención de hacerlo, sus álbumes familiares. En estos quedaban registrados aquellos momentos memorables en la vida familiar: matrimonios, nacimientos, el primer cumpleaños, la graduación, las vacaciones y hasta la muerte de los seres queridos. Momentos memorables que contaban una historia. Pero van más allá, como señala el profesor Armando Silva: “El álbum, al final, cuenta historias, pero no sólo sobre fotos pues a él se le agregan otros objetos: tarjetas, avisos, recortes de periódico, reliquias y también pedazos de cuerpo: ombligos de recién nacidos, gotas de sangre, mechones de pelo, uñas de manos y huellas de pies. El álbum, literalmente, es un pedazo de nuestros cuerpos”. (1998. pág. 12). Al organizar el álbum se decidía quien estaba presente y quien no, cuáles acontecimientos eran dignos de perdurar en el recuerdo y cuáles tal vez se deberían olvidar. 

Esos álbumes de papel, de hojas autoadhesivas, con variados diseños de sus portadas, se hacían pensando en las generaciones futuras, eran de alguna manera un legado y representaban un sentido de pertenencia. Patrimonio que se compartía solo con quien era digno de ello: con los amigos cercanos, con otros familiares, con los nuevos miembros de la familia.

Las fotografías eran algo especial, se reservaban para momentos especiales, se pensaban y se escogían. Se hacían estudios fotográficos y se contrataba a profesionales para esta tarea. El costo de las cámaras, los rollos y el revelado era limitaciones para nuestra creatividad, de igual manera que el conocimiento técnico. Esto ha ido cambiando rápidamente, primero con las cámaras instantáneas, luego por la fascinación del video y las  primeras videocámaras de uso doméstico; pero el cambio definitivo llegó con la popularización de la cámaras digitales, hace alrededor de dos décadas y finalmente, con internet y la posibilidad de publicar nuestras fotos.

¿Cómo explicarle a un niño de hoy, por ejemplo, que no podías ver inmediatamente la foto que acababas de tomar?, ¿qué tenías que terminar el rollo y llevarlo a revelar, para darte cuenta que habías dejado sin cabeza a tu tío favorito?, ¿cómo explicarle que las fotos no se guardaban en el computador o en el teléfono, sino se marcaban y organizaban en un libro?, ¿cómo podría un niño de 6 años imaginar un teléfono o un computador sin cámara? y, ¿cómo explicarle a una niña de 12 años que las fotos no se subían a Facebook sino no se mostraban cuando las tías venían de visita y que además no podías cambiarle el color, duplicar la imagen y adicionarle corazones?

Así, las cámaras digitales y ahora nuestras cámaras integradas a los teléfonos móviles, las tablets y demás dispositivos, cambiaron no sólo la forma en que tomamos fotos, a qué o a quienes fotografiamos y cuándo lo hacemos, sino especialmente cambiaron nuestra forma de guardar y conservar las fotos, y por último, cambiaron la forma como compartimos nuestras fotos, con quienes lo hacemos y cuándo.  

Pero, los álbumes familiares no han desaparecido, por el contrario, hoy tenemos más fotografías que en ningún otro momento. Piensen en los hijos. Tenemos fotografías de nuestros hijos, publicadas en las redes sociales, desde antes de nacer. Tenemos miles de fotografías de las vacaciones, de los momentos memorables, pero también de los momentos cotidianos, recién levantados y en el almuerzo en un día cualquiera. Así, nuestros nuevos álbumes van encontrando otros espacios, otros modos de conformarse y otros modos de verse y, también, otros modos de contarse. 


Foto Familiar. Tomada en 1987. Publicada en FB. 
¿Cómo son estos nuevos álbumes familiares que habitan internet?, ¿cómo se seleccionan y organizan las fotos?, ¿dónde se archivan?, ¿continúan siendo estos álbumes un referente de la historia familiar y social?, ¿reflejan nuestro sentido de pertenencia?, ¿construyen nuestra identidad?, ¿cómo se convierten en relato, memoria e historia?  Estas son algunas de las preguntas que inspiran la aproximación al tema. Este trabajo constituye un estudio exploratorio y que en primer lugar, pretende identificar ese objeto difuso, que se llama álbum fotográfico familiar. En un segundo momento, intenta establecer la relación de los álbumes fotográficos con procesos de construcción de la identidad y de la memoria.

(En la próxima entrada, una exploración de los álbumes fotográficos en Facebook)